Información sobre las medidas de prevención para la celebración del culto público durante la desescalada

     Estimados feligreses:
    Ante el inicio de la denominada "desescalada", nuestra diócesis ha establecido un protocolo de medidas de prevención que debemos seguir desde la reapertura de las iglesias y el reinicio de las misas públicas (y demás celebraciones sacramentales, cuando se dé el caso). En el siguiente enlace se puede acceder a la carta del Obispo a todos los diocesanos, a dicho protocolo de medidas y a un cartel con las indicaciones más importantes, que ya hemos colocado a la entrada de la iglesia y en el tablón de anuncios exterior de la parroquia. Véase clicando aquí:
   
 
 
 
  A continuación resumimos dichas normas de actuación en las siguientes indicaciones:
  En primer lugar, realizamos una llamada a sentirnos todos responsables en la prevención del contagio del Covid-19 y su difusión, por lo que pretendemos ofrecer como Iglesia espacios lo más seguros posibles donde celebrar y vivir nuestra fe. Esa responsabilidad nos impulsa a los sacerdotes a informar debidamente a la feligresía y a concienciar a todos para garantizar el mejor cumplimiento de la normativa.
   Por eso, requieren especial atención y cuidado las personas pertenecientes a la población de riesgo a causa de su edad o sus condiciones de salud. De ahí que se recomienda a dichas personas abstenerse de acudir a los templos en estas primeras fases de la desescalada. Por tanto, pueden valorar la conveniencia de no ir todavía a la iglesia, sabiendo que sigue en vigor en la Diócesis la dispensa del precepto dominical. Además de por 13TV y de la 2 de TVE (los domingos), la eucaristía se sigue retransmitiendo desde Radio Tamaraceite (FM 95.5) en el siguiente horario: 
   Lunes a sábado a las 8:30 h., a las 12:00 h. y a las 19:00 h.
   Domingos a las 10:00 h., a las 12:00 h. y a las 19:00 h.
    
   Uno de los puntos más importantes se refiere al aforo permitido para cada fase. En la primera fase (que se aplica a partir del 11 de mayo) será un tercio como máximo, lo que en nuestra parroquia implica un total aproximado de cien personas. Si todo va bien, en la segunda fase el aforo subirá al 50%. La separación entre los fieles debe ser de 1,5 metros, excepto si se trata de personas que convivan juntas, que podrán sentarse en el mismo banco. No deben mezclarse personas de diferentes familias o casas entre sí. Será fundamental respetar las señalizaciones que se encontrarán en distintos puntos del templo. Se procurará que uno o dos voluntarios les indiquen su sitio, teniendo en cuenta que deben ir ocupando los lugares disponibles empezando por los primeros bancos hasta llegar a los últimos. Rogamos respeten las indicaciones de los colaboradores parroquiales.
    Las puertas abatibles estarán siempre abiertas. No deben tocarse los pomos, ni pretender cerrarlas una vez se esté dentro. La iglesia se abrirá con la suficiente antelación como para permitir la entrada ordenada y sin juntarse de la feligresía, es decir, por ejemplo, en torno a las seis y cuarto para la misa de las siete de la tarde. Ni antes de la misa ni a la salida se permite acercarse unos a otros para saludarse, charlar o formar corros. Se debe aprovechar ese tiempo para la oración personal y, cuando sea posible, por ejemplo, para acercarse a confesar con el sacerdote al lugar señalado (pero no cuando la misa haya empezado).
   Los principios rectores esenciales para todos son extremar las medidas de higiene personal (el lavado frecuente de las manos, también antes de acudir a la iglesia) y el uso de mascarilla de forma generalizada. Evitar el contacto físico, en especial los abrazos, besos y apretones de manos. También evitar la permanencia en la iglesia y demás dependencias de la parroquia más allá del tiempo necesario. La pila de agua bendita permanecerá vacía. No se debe tocar las imágenes de los santos, ni el lampadario, etc. No se colocarán revistas, estampas, papeles, etc., y menos todavía se darán a compartir. 
   Se ruega especialmente llegar a la iglesia con al menos diez minutos de antelación a la hora de la misa. En la entrada de la iglesia habrá una mesa con un difusor de gel hidroalcohólico para que todos, siguiendo las instrucciones de los voluntarios, se laven las manos antes de acceder al templo. En los felpudos -humedecidos con agua y lejía- podrán limpiarse los zapatos. Si se llegara a la iglesia una vez que el aforo estuviera completo, no se podrá acceder, por lo que pedimos su comprensión y disculpas por las molestias. 
   Todos los agentes de pastoral que estén en las dependencias parroquiales (sacristía, archivo, salas de reuniones,...) deben llevar mascarillas. Cada vez que sea necesario, se cuidará la limpieza de las manos con gel hidroalcohólico o su lavado en el aseo. En la sacristía no pueden estar a la vez más de tres o cuatro personas, por lo que se ruega esperar fuera si es necesario antes de pasar por algún motivo.
   Para facilitar la asistencia a la misa durante las fases con aforo restringido celebraremos dos eucaristías los domingos: a las 10:30 horas y a las 12 del mediodía. Entre una y otra misa, al igual que después de cada celebración de los demás días, es necesario realizar una rápida limpieza y desinfección de los bancos y el suelo, por lo que rogamos la colaboración de voluntarios.
Los sábados la misa sigue siendo a las 19:00 horas, y de martes a viernes también a las 19:00 horas.
   Se evitará la presencia conjunta de todos los miembros del coro (que, en su caso, podrán estar distribuidos o separados convenientemente), y se recomienda mantener un solo cantor. También un solo lector para no compartir micrófono. No debe tocarse el ambón, el leccionario o el libro de las oraciones de los fieles (en todo caso, lo imprescindible). El rito de la paz se reducirá a un gesto reverencial sin contacto entre los asistentes. Antes de distribuir la comunión el sacerdote indicará el orden que debe seguirse para que haya un solo sentido de circulación, no se crucen los fieles y se mantengan las distancias señaladas. No habrá diálogo individual en la comunión ("El Cuerpo de Cristo. Amén"), sino que todos lo pronunciarán después de la respuesta "Señor, no soy digno...". Por tanto, la comunión se distribuirá en silencio entre el sacerdote (y ministro extraordinario, si lo hubiera) y los fieles. Se ruega encarecidamente que la comunión sea recibida en la mano, colocando una sobre la otra con la palma hacia arriba del modo acostumbrado (no pretendiendo cogerla en forma de pinza con una sola mano). La sagrada forma debe ser consumida siempre delante del sacerdote, no de camino hacia el asiento. Si algún fiel estuviera impedido para recibirla en la mano, tendrá que esperar al último lugar para poder recibirla. La salida del templo se realizará de modo ordenado, empezando por los últimos bancos del templo y manteniendo siempre la distancia de seguridad (y se evitará formar corros, saludarse,...). No se pasará la colecta por los bancos, sino que el donativo se hará al salir del templo, para lo que colocaremos unas bandejas o una hucha junto al cancel de la iglesia. Del mismo modo, en el lampadario sólo se podrá depositar un donativo a la conclusión de la eucaristía.
    Para recibir el sacramento de la reconciliación (confesión) hay que dirigirse a una de las pequeñas naves laterales, guardar la distancia entre el fiel y el sacerdote y ambos deben llevar puesta la mascarilla. La confesión no podrá realizarse durante la misa, sino antes de la misma o, en su caso, después.
   
   
    
    
   
   

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